Romance de un Rey ingenuo
Para
estar enamorado
un caballero
debe ser
quien tenga
flores en ramo
o simplemente
disponer
de un
prodigioso reinado,
así el
Rey ingenuo tenía
tontamente
contemplado.
Le robó
una dama hermosa
su
maldito corazón,
mujer
divina, impecable,
cercana
al cielo y al sol.
Cautivado
locamente
el Rey
se dirigió al prado,
residencia
de la joven
con
fauces color rosado,
llevándole
oro y trono.
Pobre
Rey quedó penado
pues su
amor negó la moza,
a un
pastor ya había dado
su mano
para desposar.
Campesino
condenado,
y mujer
desamparada,
el Rey
consiguió y en vano
su
capricho de casar.
Poco tiempo
ya pasado
un suicidio
la corte vio.
Monarca
ingenuo llorando,
aprendió
que no importa
el
poder que este a tu lado,
basta
tener alma buena
para
estar enamorado.
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