Anglicismos


Anglicismos, es una consecuencia de la influencia del inglés en otros idiomas, que tiene lugar cuando una expresión o palabra inglesa se acepta dentro del vocabulario cotidiano de cualquier otro idioma. Son palabras comprendidas por cualquier persona, incluso aquellos que nunca han estudiado inglés, dado su frecuente uso. 
Hay dos tipos de anglicismos, los innecesarios y los necesarios.
·         Innecesarios: se trata de vocablos en inglés aceptados en español, para los que el idioma español tiene un equivalente válido (por ejemplo jeans en lugar de vaqueros, o muffin en lugar de magdalena).
·         Necesarios: es el caso de términos en inglés para los que no existe un equivalente exacto en español, o en el caso de que exista, el término en inglés está más extendido que la alternativa española.
Para estos la Real Academia Española nos dicta tres tratamientos diferentes para usarlos correctamente.
·       Mantener la grafía y pronunciación de origen: en algunos casos, se opta por adoptar la palabra sin hacer modificaciones al escribirla ni pronunciarla (por ejemplo, camping, software o jazz). En estos casos, la palabra se escribe con comillas o en cursiva, para señalar que se trata de una palabra no española, y por tanto no se pronuncia tal cual se escribe.
·       Adaptar la pronunciación: se da en caso de anglicismos que continúan escribiéndose igual en inglés que en español, pero que aquí pronunciamos a nuestra manera. Es el caso de palabras como airbag o máster. Estas palabras ya no van con comillas o cursiva, al haber adaptado la pronunciación a la norma española.
·       Adaptar la grafía: son anglicismos para los cuales se ha modificado el modo de escribirlos, para adaptarlo al sistema gráfico del español. Por ejemplo, la palabra fútbol (proviene del inglés football), o beicon (proviene de bacon).
Para muchos el uso de anglicismos se trata como un deterioro para el idioma español, tachándolo como un insulto hacia nuestra identidad. Pero es innegable que la lengua castellana evoluciono tras tantos siglos hasta lo que es ahora, y sería erróneo suponer que la evolución termina aquí. La flexibilidad de todo idioma nos permite adaptarlo a nuestras necesidades, y personalmente creo que el fin es la comunicación, y si usamos algunos prestamos de otro idioma para poder expresar adecuadamente nuestros pensamientos, no estamos dañando la pureza de nuestro idioma.
La Real Academia Española nos aconseja a tratar de evitar su uso lo más que se pueda, ya que el español es un idioma hermoso con palabras igualmente cautivantes. Con eso concuerdo, a veces no tenemos idea de lo que nos perdemos al reemplazar una palabra existente con un anglicismo.
En conclusión, usar anglicismos solo cuando es realmente necesario, y al hacerlo no tacharlo como ignorancia. La era moderna se ha llevado a cabo en el idioma de inglés, y no hay que dejar que nuestro propia lengua sea lo que nos detenga al desarrollo.

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