Cierre
Al revisar mi horario por primera vez, el curso que me llamo la atención fue precisamente este. No solo por el horario desagradable (no soy persona mañanera), sino también por su formidable titulación: “Historia y Estudio de la Lengua Española”. En ese momento me di cuenta que sería la clase más retadora del semestre, y al escribir esta última entrada me percato que mis pensamientos no fueron para nada erróneos. Sufrí, sufrí demasiado. La escritura nunca ha sido mi fuerte, y mucho menos la escritura estilizada y artística. Pero sería un crimen ignorar lo mucho que aprendí, no solo de mi lengua natal, pero de mi misma también. El inicio de este gran idioma era para mi desconocido y al leer de ello y escuchar del profesor la narración expresada con tal pasión, fue difícil no estar asombrada. Todas las influencias y aportes para lograr este bello dialecto romance, fue la primera parte de este curso, y aunque fue arduo, no me preparo para la segunda etapa. En mi vida me había sentado...